martes, 24 de junio de 2014

El eliminación del concordado no fue contemplado en la visita del pte. Danilo Medina al papa en dias pasados

El Concordato, un acuerdo ahora rancio, fue concebido por los sabios del Vaticano y sometido al régimen de Trujillo para regular los asuntos sociales, económicos y la vigilia del crecimiento de la Iglesia, la ayuda del Estado para su mantenimiento y la protección de los sacerdotes ante las leyes.

En la época en que se firmó el Concordato entre el generalísimo Trujillo y el cardenal Domenico Tardini, el 16 de junio de 1924, exactamente hace 60 años, la dictadura “quiso curarse en salud” con el Vaticano, al decir de los historiadores contemporáneos, y preservar su apoyo.

Cuando se lee el convenio que contiene 28 artículos y un protocolo final con precisiones referentes a determinados artículos, se podría notar el predominio que en esa época tenía la Iglesia, sobre todo respecto a los evangélicos que no se atrevían a predicar en lugares como Higüey.
La denuncia del Concordato, que sería en todo caso por parte de la RD, nunca ha sido contemplada. Tampoco ha asumido el delicado tema algún legislador o legisladora de los varios que hay en el Congreso ligados a sectores liberales o de izquierda, ya que el acuerdo es una ley.

Varios dirigentes evangélicos dominicanos quieren ahora la anulación “porque algunos de sus artículos violan la libertad religiosa, y la igualdad de todos ante la ley”. Una reforma o la anulación darían a otros credos la oportunidad de acceder a la ayuda de los gobiernos. 

El doctor Balaguer, a quien se consideraba católico, declaró durante los 12 años ante los periodistas que cubrían la fuente del Palacio Nacional, cuando ya se hablaba de la derogación del Concordato, que el mismo solamente tenía vigencia por los beneficios económicos de la Iglesia.

Con ese caso, el estado dominicano ha preferido dejarlo como está. Se ha hecho lo mismo que con las relaciones con Taiwán, que no han sido cortadas pese a que la mayoría del mundo reconoce a China Popular, ahora un socio comercial muy importante de la RD.

En lugar de sumarse a la mayoría de los países  que rompieron relaciones con Taipei y las restablecieron con Beijing,  los sucesivos gobiernos dominicanos han mantenido los nexos con la isla china, mientras negocia bienes y servicios con la República Popular.

Que el presidente Medina escuchara palabras de pesar por parte del papa Francisco por el comportamiento del nuncio Wesolowski, habría sido razonable sobre todo porque la RD manejó el caso con extrema generosidad para evitar un escándalo mayor que afectara a la diplomacia vaticana.

En sus casi dos años en el poder el presidente Medina se ha conducido con sumo tacto con la Iglesia Católica, tanto en el cumplimiento de los aspectos económicos del Concordato, como en la forma en que ha involucrado a líderes religiosos en asuntos sociales y del desarrollo.

Fuente: Listin Diario

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