martes, 12 de mayo de 2015

Nunca Digas No – 7 Ideas Para Padres (Líderes de Niños)

En un café local con media docena de jóvenes líderes, a Mark Foreman le preguntaron recientemente: “Danos un pequeño consejos para padres antes de irte”. “Está bien”, respondió, “Prueba esto: Nunca digas no”. La habitación estalló en risa cuando el papá en busca de ayuda reaccionó: “¡¿Estás bromeando, verdad?! Eso es todo lo que siempre digo — y mi hijo necesita otro millar más de noes”.

“No, no estoy bromeando”, respondió Mark calmadamente. “Nunca digas que no a todos los sueños e ideas creativas que tengan tus hijos. Nunca digas no a darse cuenta que pueden llegar a ser diferente a su mamá o su papá. Especialmente nunca digas que no a sus peticiones de acompañarles, como jugar a disfrazarse con tu hija pequeña o ir a surfear con tu adolescente cuando el clima es frío y ventoso. Si dices que no muy a menudo, van a dejar de pedírtelo”.
Una semana después, ese preocupado papá contactó a Mark para decirle que había tomado ese consejo y su vida en el hogar había cambiado dramáticamente. Él dijo: “Repentinamente es fácil llevarse bien con mi hijo, sólo porque empecé a decir que sí a algunas cosas que quería que hiciéramos juntos. No estoy bromeando”, dijo con una gran sonrisa, “el cambio es dramático”. Mientras se alejaba, se volvió y señaló a Mark diciendo: “Es difícil, ¡pero nunca digas que no!”

“No” es una palabra de mando. Puede ser una negación, rechazo, una expresión de miedo o una declaración no intencional de valor. Pero un millar de noes pueden ser eclipsados por el poder de un sí. “No” es un freno, mientras que “sí” es un pedal de acelerador. Decimos sí a las cosas y las personas que valoramos. Aquí están 7 maneras en que los padres pueden decir que sí a sus hijos.

1) Sí a una Historia Mayor: Ayuda a los niños a ver más allá de sí mismos, conectándolos al cuadro mayor de la redención de Dios. Más allá de los objetivos obvios pero pequeños de seguridad, salud, felicidad, incluso el éxito, estamos criando hijos con este privilegio superior: reflejar el rostro amoroso de Dios a los demás.

2) Sí a ser un Ejemplo: Los niños están cableados para copiarnos; esto es a la vez buenas y malas noticias. El poder de nuestra vida es la forma más inmediata para dar forma a nuestros niños. Criar a los hijos incluye perfeccionarnos nosotros mismos para ser quienes queremos ser.

3) Sí al Tiempo: Los hijos deletrean “amor” así: T-I-E-M-P-O. Es la moneda de todas las relaciones. Grandes depósitos dejados temprano en la vida cosecharán generosas recompensas más tarde. Eso revierte la canción de Harry Chapin, “Cat’s In the Cradle”.

4) Sí al Deleite: Los niños se ven a sí mismos a través de los ojos de sus padres, descubriendo su valor al leer nuestro rostro. Más allá de amar a nuestros hijos, es igualmente vital que realmente nos gusten ellos, disfrutando de quiénes son únicamente. Los niños que se deleitan en estas sonrisas de aprecio se proyectarán a genuinamente disfrutar de los demás y estar a gusto en su propia piel.

5) Sí al Desorden: Todos los niños son un Miguel Ángel en búsqueda de un lienzo. Vienen equipadas con la curiosidad y la innovación como parte del paquete de la imagen de Dios. Esta creatividad crece mejor cuando desafiamos su imaginación en un ambiente de “baterías no incluidas”, que les permita explorar y experimentar.

6) Sí a Ser Naturalmente Sobrenatural: Ayuda a los niños a encontrar a Dios en momentos ordinarios. El Shema en Deut. 6:4-8 dice a los padres que busquen las “pistas de Dios” durante todo el día. Podemos comunicar más teología en una fiesta de baile de la familia o contando historias alrededor de una fogata, que estando sentados rígidamente por una hora.

7) Sí a Dejar Ir: La madurez ocurre en pasos de bebé: desde gatear a caminar, de rueditas de entrenamiento a dos ruedas, de noviazgo a matrimonio. Tres ingredientes que trabajan juntos son esenciales para este proceso: aumento de libertad, riesgo y responsabilidad. Al inclinarnos a este aumento gradual de la libertad de nuestros hijos y… al riesgo, es de esperar que veamos un aumento correspondiente en su “capacidad de respuesta” [juego de palabras con responsabilidad como “response-ability”]. Es útil recordar nuestros destino: criar niños que digan sí a los planes extraordinarios de Dios para sus vidas.

Cada padre, hijo y familia es una original y fascinante experiencia de las huellas digitales de Dios en formas únicas. Así que un sí final es a la gracia. A medida que guiamos imperfectamente a humanos jóvenes para que encuentren su lugar en la épica de Dios, todos necesitamos baldes del amor inmerecido de Dios. Criar a los hijos es el privilegio más estimulante en la tierra. ¡Hay que decirle que sí!

Este artículo fue escrito por Mark y Jan Foreman
Fuente: Enlacemusical.com

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