Adorale y Agradecele.
Adorarle por lo que El es. Adorarle por su poder sobrenatural y por su misericordia incondicional para contigo. Sumérgete en un tiempo de adoración y agradecimiento al Dios Eterno. Dedica tiempo para ello. No le pidas nada en esta ocasión, solamente adórale y agradécele por lo que ha hecho contigo pese a tu condición.
Esta es una excelente reflexión en video por Renuevo de plenitud.com,
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