sábado, 8 de agosto de 2015
¿Y tú, como quieres tu pedazo de Pizza? (Reflexión)
En estos días fui con unos amigos a una pizzería muy conocida, nos sentamos a la mesa y ordenamos lógicamente una pizza, quedamos de acuerdo en pedir la mas clásica: !Jamón y queso! Luego de esperar unos minutos llega la pizza.
Todo el mundo empieza a tomar un pedazo, pero hay algo que me llamó mucho la atención y es que uno tomó su pedazo y le puso queso parmesano, otro no quería queso, pero quería orégano, otros hasta le quitaron el queso que vino con la pizza original y así cada uno acomodo su pedazo a su gusto. A otro le gusta el sabor natural que tiene la pizza y no usó ningún otro aderezo. Es increíble! Todos querían que probaran la pizza de la forma que ellos lo hicieron y cada cual decía que su pedazo era el mejor. Terminamos de comer y nos marchamos.
Descansando en casa me puse a pensar lo mucho que ese episodio se parecía a lo que vivimos hoy en las iglesia. Muchos han tomado un pedazo del evangelio de Jesús y lo han acomodado a su gusto, poniendo y quitando cosa para que sea mas atractivo a la gente y así tener iglesias llenas. Todo hecho justo a la medida! Venga aquí somos flexibles, acomodamos todo para que usted se sienta bien.
El apóstol Pablo dice en Gálatas 1: del 6
Gálatas 1:6-8
6 Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Nuestras iglesias están llenas, pero ¿Qué le estamos enseñando hoy a la gente? Estamos formando personas que no conocen el sabor de un evangelio verdadero, gente sin compromiso con Dios. Personas que ven los templos como un lugar para pasar un rato, donde hay música sana con luces de colores; Un lugar donde se pueden desconectar del mundo exterior y hablar con los panas. Pero nada de fundamento. Cristianos que se van de aquí para allá, movidos por cualquier viento extraño y es por eso que nuestras iglesias parecen hoteles de paso, hoy llegan 10 personas y mañana se van 8. Recuerda que Dios demandará de nosotros lo que hacemos.
Johan Paulino
Etiquetas:
Reflexiones
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