Aunque la tentación sea muy grande y
nuestros actos parezcan estar justificados, lo cierto es que solamente
si confiamos en Dios y le pedimos ayuda para controlar el área sexual de
nuestra vida, promete darnos la fuerza que requerimos para que sea
plena en el momento que corresponda y sin mancha, honroso y agradable a
Sus ojos y a los ojos de los demás. 2 Timoteo 1:7 dice: “Porque no nos
ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio”.
La historia de José nos muestra que si
permanecemos cerca de Dios lograremos vencer las tentaciones sexuales y
que recibiremos grandes recompensas por nuestra pureza de mente, cuerpo y
corazón. [Seguir Leyendo]
No hay comentarios:
Publicar un comentario